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28 de julio de 2012

Dynapac Red Carpet, reparando el asfalto de una vía sin cortar el tráfico. Una idea que probablemente nunca vea la luz

La escena familiar de un carril cortado en una vía mientras se asfalta, produciendo un embotellamiento monumental, podría ser cosa del pasado si el “invento” de un joven diseñador sueco se pudiera materializar. Dynapac Red Carpet es una pavimentadora que permite circular a los coches por su parte superior, mientras arregla el firma de la vía.

A primera vista esto nos puede parecer la versión asfáltica de A Midsummer Night’s Dream, de William Shakespeare, pero el concepto es razonablemente sólido aunque nunca llegue a realizarse. El autor de la idea se llama Gosha Galitsky, y visión de futuro no le falta.

El proceso para reparar la vía dañada consiste en calentar el asfalto mediante microondas, un proceso conocido como Hot-in-Place Recycling. El calor generado derrite el agente de enlace del asfalto. Añadiendo una pequeña cantidad de aglutinante fresco al derretido, unos cepillos rotativos repartirían la mezcla rellenando grietas y baches, y unos rodillos la compactarían, consiguiendo una superficie homogénea como la original.

Dynapac Red Carpet se movería muy lentamente, con una velocidad tal que permitiría que el asfalto se enfríe y a los vehículos circular por su parte superior. En el desarrollo original se ha contemplado el paso de vehículos de hasta dos metros de anchura.

Galitsky argumenta, y no sin razón, que el proceso de pavimentación no ha evolucionado: Las máquinas, materiales y procesos que utilizamos para construir y mantener nuestras carreteras, no han cambiado significativamente desde 1940 hasta nuestros días. Dado que existe una única configuración básica de pavimentadora, el mantenimiento de las carreteras ha de hacerse mediante máquinas que fueron construidas originalmente para la pavimentación de nuevas superficies.

Mantener las vías de circulación conlleva cortar el tráfico, dice Galitsky, lo que supone que las tareas de mantenimiento se retrasen hasta que la condición del firme es prácticamente inviable, teniendo que asfaltar de nuevo.

La idea está ahí y los argumentos para su razón de ser tienen buena lógica. Ahora falta que a alguien se le encienda la bombilla y lleve el proyecto a término. La próxima vez que esté detenido en una cola de kilómetros por un corte en una carretera que están asfaltando, en vez de proferir improperios contra el santoral, voy a rezar para que alguien tome en serio a este joven sueco.

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