Renault Argentina y el Club Torino Argentino homenajeron este fin de semana en el Autódromo de Buenos Aires a los tres Torino que tomaron parte de las 84 Nürburgring de 1969. El evento se realizó en coincidencia con el Día de Clubes que organizó la Asociación Argentina de Autos Sport.
La estrella del agasajo fue la coupé Número 1, conocida como “la Bananita”, que a pesar de encontrarse en un penoso estado de conservación, fue reconocida por primera vez por su fabricante como el ejemplar original, en el marco de una polémica donde un museo asegura tener el mismo vehículo.
El ecléctico trío de autos estuvo compuesto por la “Número 1”, perteneciente al coleccionista Daniel Van Lierde; la “Número 2”, una réplica construida por Manuel Antelo sobre la base del primer Torino 380W fabricado en Córdoba; y la “Número 3”, procedente del Museo Fangio.
La “Número 1” ya fue reconocida como el ejemplar original tanto por su diseñador, Oreste Berta, como ahora por su fabricante. Van Lierde se encargó de restaurar la mecánica, pero ahora duda en restaurar la carrocería: teme borrar los rasgos que certifican la identidad del vehículo, en medio de una disputa con otro coleccionista que asegura tener el mismo auto.
El titular del Museo del Automóvil de Buenos Aires, Luis Spadafora, hace una década que exhibe lo que él asegura es el “auténtico Torino Número 1 de Nürburgring”.
A modo de curiosidad, en el Autódromo de Buenos Aires se vio este fin de semana otro Torino decorado como “Número 1”. En este caso se trata de una réplica realizada por un particular sobre la base de un Torino “siete bancadas”. Su propietario no tiene intenciones de entrar en la polémica y asegura que su auto es sólo un homenaje a la Misión Argentina en Nürburgring.
El capot de esta réplica fue autografiado por los tres pilotos que manejaron la auténtica “Número 1” en Alemania: Luis Rubén Di Palma, Oscar “Cacho” Fangio y Carmelo Galbato.
Via: argentinaautoblog.blogspot.com
Desde el incidente con la araña, Spiderman consiguió nuevos poderes que le permitían hacer cosas antes impensables, a cambio de desventajas como su vestimenta. 
