Si ya el Citröen 2CV es un coche que ha generado múltiples discusiones por su poco sentido de la belleza, este tuning parece seguir la misma línea.
Al 2CV, llamado Stretchi por su dueño, le han quitado 43 cm de ancho, recortando gran parte de la carrocería, convirtiéndose prácticamente en un monoplaza. El motor no ha sido tocado (el motor de los 2/3 CV es algo sagrado e intocable para los dueños de estos coches, aunque en el mismo sitio de Stretchi pueden encontrarse kits de potenciación que lo llevan a 35 HP).
Gracias a su esbelta figura, los consumos rondan los 2 litros/100 km. Como detalle muy particular, el único asiento fue donado por un Mercedes-Benz y tiene las puertas tapizadas en tela vaquera.
Vía: Actualidad Motor
