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18 de agosto de 2011

Goodyear desarrolla unos neumáticos capaces de regular su presión de inflado automáticamente

Uno de los aspectos en el que pecamos la mayoría de los conductores es el de comprobar que circulamos con la correcta presión de inflado de los neumáticos. Las estadísticas hablan por sí solas: la mayoría de usuarios no se preocupa de la presión a la que van inflados sus neumáticos… a no ser que salte a la vista. Los problemas derivados de este hecho pueden ir desde el desgaste desigual de las bandas de rodadura hasta pinchazos inesperados o un consumo excesivo de combustible, cosa que ha hecho que los fabricantes (tanto de automóviles como de neumáticos) se hayan puesto las pilas a la hora de desarrollar sistemas automáticos de medición de la presión de inflado. En los coches de gama alta ya se puede optar por sensores de presión, algo que en breve podría no hacer falta si los fabricantes siguen los pasos de Goodyear, marca que ha desarrollado un sistema capaz de inflar los neumáticos de forma automática si la situación así lo requiere.

Gracias al sistema Air Maintenance Technology, desarrollado en los centros que [Goodyear] tiene en Ohio y en Luxemburgo, comprobar la presión de inflado de las gomas pronto se convertirá en una cosa del pasado. Este sistema se encarga de mantener la presión correcta de los neumáticos en todo momento, llegando incluso a inflarlos de forma automática si hace falta. El mecanismo es tan obvio que hasta parece sorprendente que no se le haya ocurrido a nadie antes: en el interior del neumático se aloja una pequeña bomba de aire que funciona con el propio movimiento de la rueda, y que es capaz de inflar o desinflar la goma si el sensor de presión así lo indica.

Como podéis comprobar, se trata de una idea bastante sencilla que no requiere de complicados sistemas electrónicos externos ni nada que se le parezca. Aunque Goodyear todavía no ha hecho pública la fecha en que se pondrán a la venta, la buena predisposición del Departamento de Energía de los Estados Unidos así como de la Unión Europea, los cuales han financiado parte del desarrollo, podría precipitar su llegada al mercado antes de lo que nos pensamos. Lo que es un hecho es que sistemas como éste seguramente garantizarán a medio plazo que la gente por fin conduzca con la correcta presión de inflado, algo que sólo puede repercutir de forma positiva tanto en el consumo de carburante como en el de la seguridad vial en la carretera.

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