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16 de marzo de 2012

Duelo en circuito del Nissan Juke-R contra su padre, el Nissan GT-R

“Luke, yo soy tu padre”. Esa fatídica e impactante frase, pronunciada por Darth Vader a Luke Skywalker en “Star Wars” bien podría haber encajado con nuestros protagonistas. Y es que, por más que lo intente ocultar en su simpática (aunque deportivamente aderezada) carrocería de pequeño crossover, el Nissan Juke-R lleva en su sangre los genes del Nissan GT-R. Como ya sabréis a estas alturas, mirando más allá de buena parte de su carrocería exterior, el Juke-R recibe en sus tripas el motor V6 con doble sobrealimentación, así como toda la transmisión, de su papá el Nissan GT-R.

Claro está, esto no es suficiente para que los resultados sean óptimos: de un injerto así nos podríamos esperar lo peor, pero afortunadamente este no ha sido el caso, gracias al buen trabajo del grupo de ingenieros de Nissan UK que han desarrollado el Juke-R, y este prototipo (recordemos, una unidad que no estará a la venta) ha sido sin duda una de las sorpresas de la temporada. Ya habíamos visto cómo el Juke-R le plantaba cara a varios superdeportivos de rancio abolengo sin que le sacasen los colores, y ahora ha llegado el momento de preguntarse ¿cómo soportará el Juke-R la comparación contra el GT-R?

Una comparación muy oportuna, si tenemos en cuenta los elementos en común que unen a ambos coches. Los chicos de Auto Express han tenido la oportunidad de llevarla a cabo en el Aeródromo de Bedford, y lo han documentado en el vídeo que tenéis sobre estas líneas. No da para sacar unas conclusiones absolutas, pero sí para ver que el Nissan Juke-R es una buena bestia también sobre los circuitos, y no sólo como modelo de exposición o como experimento más o menos acertado.

Teniendo en cuenta la mayor potencia del Nissan GT-R (que asciende a 550 CV en su MY 2012 o 530 CV en el MY 2011), sobre los 485 CV del Juke-R, y el menor peso del GT-R, así como una menor altura al suelo e inercias, es de esperar que Godzilla gane de largo este duelo, pero lo cierto es que las cosas están igualadas, más de lo que se podría pensar en un principio: el Nissan GT-R completó su vuelta rápida en 1:05.8, mientras que el Juke-R hizo lo propio en 1:07.1.

Esto es, 1,3 segundos de diferencia a favor del GT-R, aunque también hay que comentar que al rodar primero la trazada estaba ligeramente más humeda. Un buen resultado para el Juke-R, que sigue sorprendiendo. Si el Nissan GT-R (R35) fue hace no tantos años la democratización de los superdeportivos, poniendo unas prestaciones de excepción por debajo de los 100.000 euros (ahora, tras sus sucesivas evoluciones año a año ya no por debajo), el Juke-R bien podría ser ese superdeportivo con aspecto de utilitario sobreelevado que lucha contra la naturaleza… si algún día llegase a producción, algo totalmente descartable (por lo que parece).

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