“Mental Breakdown” podría traducirse por hundimiento mental, pero es la mejor manera de expresar lo que pasa por la cabeza cuando observamos una de las Volkswagen Transporter más radicales jamás planteadas. Resulta que en el Reino Unido hay mucha afición al drag racing, y una de las pistas más famosas del mundo, Santa Pod, está situada en la pérfida Albión. No podía venir de otro lugar esta increíble creación.
Esta bestia es la creación de Wayne Allman, procedente de Warwickshire. Dice que siempre le ha gustado instalar motores inapropiados en coches de todo tipo. En el caso del Mental Breakdown, no podría tener más razón. Y es que nuestro querido chiflado británico ha acoplado un gigantesco motor HEMI construido por el especialista Keith Black, un 8.4 V8 con unos 1.700 CV de potencia.
Este motor está sobrealimentado por un compresor del tamaño de una mesa de comedor y funciona con metanol en lugar de gasolina. El motor está montado sobre un chasis tubular hecho a medida que nada tiene que ver con una Volkswagen Transporter. La cabina va situada casi en el suelo, y es la única parte del vehículo original que se conserva en un estado medianamente original.
Unas gigantescas ruedas traseras canalizan la potencia al suelo, mientras un alerón de unos dos metros de altura pega el eje trasero a la carretera para no tener pérdidas de adherencia. Verdaderamente impresionante, y una creación que además debe haber costado muchos miles de libras.