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28 de junio de 2011

El rojo ya no es el color de los Ferrari: “sólo” el 45% de los vendidos en los últimos años son rojos

Lo de “sólo” es un eufemismo, claro, porque que el 45% de la producción mundial de una marca se venda en color rojo es que el sentimiento de que un Ferrari tiene que ser rojo para ser un Ferrari sigue arraigado desde prácticamente la creación de la marca. Para ese sentimiento ha influido mucho el mundo de la competición y sobre todo, los diferentes coches que han corrido en la Fórmula 1 desde los ‘60 (e incluso antes), cuando llegaron los patrocinios y se siguió manteniendo el rojo como color principal.

Pensar en Ferrari es pensar en Rosso Corsa, un color que era el identificativo de los coches deportivos y de competición italianos. Ferrari, Maserati, Abarth o Alfa Romeo eran reconocibles por su color en los primeros albores de la competición automovilística, allá por la década de 1920. De hecho, el rojo es el color de los coches italianos por excelencia. Pero con las nuevas tecnologías de pintado de Ferrari, el resto de opciones van robando terreno a las ventas de este color en particular.

Pese a que el 45% de los Ferrari vendidos en los últimos años son Rosso Corsa, una cifra que significa casi la mitad de las unidades vendidas son de ese color (y eso es mucho), la cifra no es tan escandalosa como hace algunas décadas. Por ejemplo, a principios de la década de 1990, el 85% de los Ferrari eran de este color. Prácticamente la totalidad de la producción se servía en un único color. Como para no asociar la marca a ese color.

Pero lo que otrora era una norma casi básica a la hora de comprar un coche con el Cavallino Rampante en el capó, ahora con las nuevas tecnologías y nivel de personalización que ofrece Maranello a sus clientes ya no lo es tanto. Las opciones que da Ferrari a sus compradores son prácticamente infinitas. Desde las carrocerías bitono (carrocería y techo con los montantes en colores diferentes) a los colores totalmente personalizados. Por ejemplo, en Ferrari aseguran que si les llevas un color, cualquiera del espectro de colores, te pintan el coche con el color elegido. Como decía, opciones infinitas.

A esto también ha ayudado que la gama de colores ofertada a la hora de la compra de un Ferrari se haya ampliado ligeramente y aparte de los colores básicos, se ofrezcan nuevos colores donde elegir. A más colores, más opciones a la hora de elegir y obviamente, el pastel se tiene que repartir entre más comensales. Aún así, un 45% de ventas en Rosso Corsa en algo digno de estudio, sobre todo si pensamos en coches tan exclusivos como los Ferrari.

Y otro detalle. Mientras que en el año 2000 el porcentaje de pedidos especiales a fábrica para el acabado exterior no llegaba al 1%, en 2010 ese porcentaje a subido hasta el 10%. Y diría que esa cifra también aumentará con el paso de los años. Comprar un Ferrari, dependiendo del mundo en el que vivas, ya no significa exclusividad. Quien tiene suficiente dinero para comprarse un coche de Maranello quiere que su coche sea único. Y ahí entra el programa de pedidos especiales.

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