Sean Conery era el protagonista de la película Goldfinger de la saga James Bond en 1964. Por aquella época, el coche con el que todo el mundo soñaba era el Aston Martin DB5, y como no podía ser de otra forma Bond conducía uno.
Ahora, más de 40 años más tarde, ese mismo coche ha sido subastado en Londres por la nada despreciable cifra de 4,6 millones de dólares. Lo más llamativo del coche, es que todavía mantiene intactos todos los “gadgets” que Bond utilizaba en la película para evitar, escapar y atrapar a sus enemigos.
Entre sus detalles curiosos, está el asiento del acompañante ejectable, un aparato para soltar aceite y que no le pudiesen seguir en la carretera, así como diferentes mecanismos de pistolas automáticas. Además para su época incorporaba sistemas muy avanzados como un teórico receptor de telefonía móvil.
Como curiosidades, el comprador del coche recibe además con el una estancia para el y 10 amigos en el GoldenEye Hotel & Resort en Jamaica, así como un traje idéntico al de Sean Conery en la película, hecho por el prestigioso sastre Gieves & Hawkes de la ciudad londinense, el mismo que le hizo el traje a James Bond para la película. El traje está valorado en 30.000 pounds, unos 40.000 euros.