Como propietario de un Peugeot, las últimas evoluciones de la marca no me habían agradado demasiado. Por fortuna he recuperado la fe con el deportivo RCZ y el impresionante prototipo “5 by Peugeot”. Quizá la marca había olvidado sus raíces, sobretodo en lo tocante a aquellos utilitarios GTI que tanto apasionaban a sus dueños, iconos como el 205 GTI o el rápido compacto 306 GTI, pasando por el indomable y bestial 206 RC, de nada menos que 180 CV y poco más de una tonelada de peso.
Tampoco esto es un análisis de la evolución de Peugeot, pero me parecía interesante dejar constancia. El Peugeot RCZ ya soprendía en la forma de prototipo, presentado en el ya lejano 2007. El RCZ de producción apenas difiere del prototipo, ni siquiera en el carísimo techo con pilares de aluminio y dos “burbujas”, cuando lo sencillo hubiese sido adoptar un techo convencional. Es un coche bonito, hay que reconocerlo, como punto estético negativo, podría “cerrar la boca” un poco.
En el habitáculo es más premium que todos sus antecesores, con detalles como el reloj del salpicadero o los asientos de cuero. Es el primer Peugeot de la submarca denominada Hórs-Sèries, que tendrá como propósito ofrecer vehículos de más alta gama a esos clientes que piden algo más. En cuanto al propulsor, la unidad que los periodistas británicos han podido catar llevaba un propulsor 1.6 THP con 200 CV de potencia, bastante útiles para mover con cierta soltura a este digno rival del Audi TT.