Cuando hablamos de muchos deportivos clásicos de los 50 y 60, a muchos se nos viene a la cabeza un diseño inmortal, que nunca pasará de moda, un motor de gran cilindrada, potencia a menudo muy por encima de su bastidor y escasas concesiones al confort y a todo aquello que no sea la diversión y el disfrute al volante.
Sin embargo, ¿por qué hay que renunciar a todo esto? ¿No se podría conseguir la compatibilidad de todos estos aspectos en un único vehículo? Con esa filosofía por bandera, el Lucra LC470 conjuga lo mejor de un deportivo clásico con las prestaciones de un superdeportivo actual, pero eso sí, con mucho más estilo y glamour. Si nos fijásemos únicamente en su carrocería podríamos pensar que se trata de una réplica o un deportivo nostálgico inspirado en leyendas como el Ferrari 330 TRI/LM Testa Rossa. Pero cuando nos damos cuenta de que bajo esa carrocería de fibra de carbono se esconde un chasis tubular, suspensiones totalmente ajustables realizadas en aluminio, una aerodinámica estudiada mediante ordenador o un reducido peso de tan sólo 895 Kilogramos, nuestra primera impresión cambiará por completo.
La distribución de estos 895 Kg es de un 47% sobre el eje delantero y un 53% sobre el eje trasero, lo que unido a la propulsión del coche debería proporcionarle una tracción adecuada. Además del reducido peso, el chasis y el bajo centro de gravedad permitirían un paso por curva de lo más interesante. Como muestra, un simple dato: es capaz de aguantar fuerzas de 1.4 g en curva con neumáticos homologados para calle.
Con un motor atmosférico V8 de 5.7 litros (General Motors LS6), 400 CV de potencia y todas las credenciales anteriores no nos deberían extrañar sus cifras de prestaciones: 0-100 Km/h en poco más de 3 segundos y un cuarto de milla en tan sólo 9 segundos. También existe una versión “base” con 375 CV que consigue un 0-100 en 3.4 segundos y cubrir el cuarto de milla en 11.6 segundos, cifras todavía impresionantes, además de anunciar una velocidad máxima superior a los 290 Km/h.
Con coches así queda claro que el futuro no pasa por aumentar potencia y peso, sino más bien por diseñar motores eficientes y conseguir una relación peso/potencia reducida, pudiendo así igualar las prestaciones (a la vez que consumir menos) de aquellos coches más potentes pero también más pesados. Además, las inercias en curva serán también mucho menores. La filosofía de Colin Chapman está más viva que nunca…